Entonces puedes estar cómodo en el aquí y ahora, y a gusto contigo mismo.
Pero ¿necesitas tener una relación contigo mismo? ¿Por qué no puedes simplemente ser tú mismo? Para tener una relación contigo mismo te divides en dos: "yo" y "mí mismo", sujeto y objeto. Esta dualidad mental es la causa fundamental de toda la complejidad innecesaria, de todos los problemas y conflictos de tu vida.
En el estado de iluminación, tú eres tú mismo: "tú" y "tú mismo" se funden en uno. No te juzgas, ni sientes pena por ti, ni te sientes orgulloso de ti, ni te quieres, ni te odias, etc. La división causada por la conciencia autorreflexiva queda sanada, la maldición desaparece. Ya no hay un "yo" que tengas que proteger, defender o alimentar.
Cuando estás iluminado, hay una relación que dejas de tener: la relación contigo mismo. Una vez que has renunciado a ella, todas las demás relaciones serán relaciones de amor.
Pero ¿necesitas tener una relación contigo mismo? ¿Por qué no puedes simplemente ser tú mismo? Para tener una relación contigo mismo te divides en dos: "yo" y "mí mismo", sujeto y objeto. Esta dualidad mental es la causa fundamental de toda la complejidad innecesaria, de todos los problemas y conflictos de tu vida.
En el estado de iluminación, tú eres tú mismo: "tú" y "tú mismo" se funden en uno. No te juzgas, ni sientes pena por ti, ni te sientes orgulloso de ti, ni te quieres, ni te odias, etc. La división causada por la conciencia autorreflexiva queda sanada, la maldición desaparece. Ya no hay un "yo" que tengas que proteger, defender o alimentar.
Cuando estás iluminado, hay una relación que dejas de tener: la relación contigo mismo. Una vez que has renunciado a ella, todas las demás relaciones serán relaciones de amor.
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