El camino no requiere ningún tipo de práctica, simplemente no lo llenes de ignorancia. ¿Qué es la ignorancia? Mientras tengas una mente fluctuante, con tendencias artificiales o compulsivas, todo eso es ignorancia.
Si quieres comprender el camino directamente, la mente normal es el camino. La mente normal está libre de artificiosidad: se halla más allá de lo correcto o incorrecto, el apego o el rechazo, la extinción o la permanencia, la banalidad o la santidad. Una escritura dice: «La conducta de los seres iluminados no es la misma que la de la gente común o la de los santos».
En este preciso instante, estés andando, de pie, sentado, reclinado, afrontando situaciones o tratando con la gente, todo es el camino. El camino es el reino de la realidad. A pesar de las innumerables e inconcebibles funciones existentes, ninguna está más allá del reino de la realidad. Si no fuera así, ¿cómo podríamos hablar de la enseñanza de la mente original? ¿Cómo podríamos hablar de la inagotable lámpara?
Todos los fenómenos son fenómenos mentales; todos los nombres son denominaciones mentales. Todos los fenómenos surgen de la mente; la mente es la raíz de todos los fenómenos. Una escritura dice: «Cuando aumenta ni disminuye. Puede ser grande o pequeño, cuadrado o redondo; se manifiesta en formas visibles en concordancia con las cosas y los seres, como la Luna reflejándose en el agua. Su efusiva función no echa raíces: no agota la acción deliberada ni permanece en la no-acción. La acción deliberada es una función de la no-artificialidad; la no-artificialidad es la base de la acción deliberada. De aquel que no se apega a la base, se dice que es independiente, semejante al espacio.
En cuanto al significado del nacimiento y de la muerte de la mente, y de su auténtica vacuidad, es como un claro espejo que refleja las imágenes: la mente es el espejo y los fenómenos las imágenes. Cuando la mente se apega a los fenómenos, se involucra en las causas y condiciones externas, originando el nacimiento y la muerte de la mente. Cuando no se apega a los fenómenos permanece en la auténtica vacuidad de la mente.
Los seguidores escuchan que es posible llegar a percibir la naturaleza búdica; los seres iluminados ven la naturaleza búdica con sus propios ojos. Cuando alcanzas la no-dualidad, los términos son los mismos, en esencia no se diferencian, aunque tengan diferentes usos. Lo que en un estado de ignorancia se denomina consciencia, en un estado de Iluminación es llamado conocimiento; seguir el principio se denomina Iluminación, seguir las cosas se denomina ignorancia.
Vivir en la ignorancia es dejar de percibir la mente original. Estar iluminado significa alcanzar la mente original. Una vez iluminado, conservas este estado para siempre, sin caer nunca más en la ignorancia. Es como cuando sale el Sol, no se mezcla con la oscuridad; cuando emerge la luz solar del conocimiento y de la sabiduría, no puede subsistir la oscuridad de las aflicciones.
Cuando comprendes la mente y los objetos, las vanas ideas dejan de surgir. Cuando las vanas ideas dejan de surgir, reconoces lo no-creado. Posees lo esencial, ya no necesitas cultivar el camino ni sentarte a meditar. Dejar de cultivarlo y de meditar es la pura meditación de aquellos que han realizado la vacuidad.
Ahora bien, si verdaderamente comprendes este principio, con precisión, y en lugar de fabricar acciones vives una existencia según tu destino, satisfaciendo tus mínimas necesidades estés donde estés, disciplinando tu conducta cada vez más y acumulando acciones puras, mientras puedas continuar de ese modo, ¿por qué preocuparte por no haber alcanzado todavía el conocimiento?
Ma-tsu (709-788)
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