Entonces, a poco andar, nos damos cuenta que estamos persiguiendo a un fantasma, o el arquetipo del Amor que llevamos dentro; que él o ella no es más que la ansiedad de llenar la soledad que nos embarga. De ahí que vamos detrás de los personajes equivocados que nunca llenarán, lo que nosotros no somos capaces e llenar por nosotros mismos. Después de varios tropiezos y sinsabores, de colapsos y rupturas, de dolores que parten el alma, vamos asumiendo que estamos enfocando equivocadamente la búsqueda ansiosa del Amor... claro está "si es que" logramos dimensionar el asunto.
Nada ni nadie nos puede dar lo que nosotros no tenemos, nadie completará nuestro círculo si primero no lo hacemos nosotros mismos. Jamás van a valorarte, si no te valoras, si no empiezas amándote y sintiéndote feliz con lo que eres. No puedes amar si no sabes que Tu ya eres amor; imbuido del Amor Divino que se manifiesta en tu Ser, como primera cosa. Si no estas en Paz, no la pidas, si no aceptas a otros, no pretendas que te acepten como eres, si no respetas el espacio privado del otro, no esperes que lo hagan contigo. otro no puede darte nada... porque es en tu ser donde se forjan los pilares que sostendrán el Templo del Amor, donde cultivas tus valores, donde cosechas el bienestar.
A veces esperamos que sea el otro quien por arte de magia coloque la llave de la felicidad para recien poder empezar a compartir y entregar. Es entonces que vivenciamos nuestras carencias, miedos y temores que como sombras emergen en seudo-amor. Siempre terminamos por darnos cuenta que nunca fue amor; ¡¡¡El amor es otra cosa!!! El estar con alguien no necesariamente es Amor, es un enamoramiento pueril, que pensando que porque la "química" funciona, porque el otro nos llama la atención o porque creemos que hicimos una conexión y nos mueve un espacio físico y psíquico, hemos encontrado a "la persona". Nada más falso, el amor tiene tantas aristas como definiciones, como palabras para describirle, como sensaciones que son impronunciables. El amor se expande y se construye en el día a día, como lo haríamos con un jardín lleno de rosas, el cuidado y el alimento es permanente. Es una realidad conciente que se funde a través del tiempo, porque el amor no tiene tiempo ni espacio. El amor teje sus hilos invisibles, donde sus redes van más allá del cuerpo y no requiere presencia del enamorado.
El amor es esencia que llena los espacios inconmensurables de la mente, el corazón y viaja y se transforma todos los días, es juntar la tierra con el agua, es entregar sin esperanza, es dolor que se transforma por emoción y éxtasis. Es la luz que penetra, que abre, que cierra, que es libre sin barreras, es tan sutil como el cuerpo desnudo que se entrega a los brazos de la pasión; pero sin confundir la esencia.
El amor se construye desde lo que uno tiene y mientras más se cultive dentro de si mismo, más se tendrá para construir y compartir, sin dependencias, sin flagelaciones de dudas, ni engaños, ni mentiras, ni torturas psicológicas, porque el verdadero amor no tiene ni comparte esos espacios, que son vicios de pasiones fatuas que mueren a corto tiempo.
¿Que esperas del otro?
¿Como lo quieres?
¿Y cuanto quieres?
Si puedes contestar estas preguntas, podrás decir que tienes Tu para dar que te pones a pedir, desde tus carencias. Si estás buscando amor, solo entrégate al amor, no esperes nada, ni menos llenar tus espectativas de una fantasía narcisista que solo trae frustraciones. El amor está en ti, no en el otro. Solo encontrarás amor, cuando desde tu centro te ames, tu ser haya madurado y seas feliz dentro de ti mismo, entonces el amor llegará sin esperarlo, sin expectativas y sentirás que eres feliz con él o ella, más allá de la forma, las circunstancias, las marejadas de la vida.
El amor se expresa en tu alma y lo vibras en tu entorno (entonces, no Tu, sino otros dirán... ¡¡Esta persona está enamorado!!)
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