domingo, 8 de agosto de 2010

Experimenta la entrega y el satori

La entrega es un acto del corazón, una aceptación de lo que siempre habíamos presentido vagamente:

Éste es un sistema inteligente del cual formo parte. Esta inteligencia es invisible.Esta inteligencia forma también parte de mí.Decido confiar en esta inteligencia.

Entregarte equivale a poner inspiración en tu vida. Cuando estás inspirado sientes que tienes un propósito. Cuando confías en la invisible inteligencia del universo, te sientes guiado. Este proceso no es algo que requierael difícil dominio de un aprendizaje esotérico. Puede suceder en un instante, y es así como ocurre con frecuencia. En el zen se llama a este proceso satori, que puede traducirse más o menos por despertar instantáneo. Alan Watts lo des cribe así:Esencialmente, el satori es una experiencia súbita; se lo describe a menudo como un «vuelco» de la mente, como cuando una balanza se vuelca de repente al colocar la suficiente cantidad de material en un platillo como para sobrepasar el peso del otro.
Yo llamo a este proceso del satori «atravesar la puerta». Puedes pasarte décadas preguntándote, luchando, preocupándote, vacilando y cayendo en un lento proceso de acercamiento a esa puerta que parece tan lejana. Entonces, inexplicablemente, llega el instante en que atraviesas la puerta.
Es posible que mires entonces atrás,a esos tiempos en que te estabas acercando a la puerta, y te preguntes, asombrado: «¿Cómo he podido estar tan ciego durante todos esos años?». Lo que parecía tan difícil, casi imposible, para ti en cierto momento es ahora tu modo de ser. El esfuerzo es tan mínimo que te das cuenta de que la «gran mentira» está en la idea de que sólo a través de la lucha y el esfuerzo se puede conseguir algo. Este sentimiento de satori, de atravesar la puerta, es consecuencia de la decisión interior de estar en armonía con uno mismo y con su mundo físico. Es una decisión de entrega.
Yo he experimentado muchos satoris en diferentes áreas de mi vida. Uno de ellos estuvo relacionado con el hecho de haber crecido con conciencia de pobreza. De niño aprendí que había que comprarlo todo de rebajaso a precio de ganga, y creía que era imposible tener lo suficient e de nada. Deduje que nunca tendría suficiente dinero, que nunca podría pasarme con los gastos y que lo máximo a lo que podía aspirar en la vida era a quese me designase como perteneciente a la clase media en el censo nacional.
Durante aproximadamente los primeros treinta años de mi vida actué de acuerdo con esta imagen interior de mi esquema mental. Pensaba mucho en la penuria, y me veía a mí mismo en esta vida sin tener nunca lo suficiente de nada. Mostraba una prudencia extrema cuando había que hacer algún gasto, controlaba mis gastos con gran cuidado. Resumiendo, aunque no pasaba hambre, era una víctima de la conciencia de penuria y mis acciones estaban gobernadas por creencias interiores invisibles que dictaban en gran medida cómo era mi mundo.Luego atravesé la puerta en este sentido.
¡Bum! ¡Satori! Ocurrió en una meditación, cuando oí: «Ya lo eres todo».
Cuatro simples palabras que me golpearon y me dieron toda una nueva visión de la riqueza. En ese momento llevaba una batalla interior sobre si debía abandonar mi seguro puesto en la enseñanza, con unosingresos garantizados, y ponerme a trabajar por mi cuenta, sabiendo que esto iba a salir bien. Luego llegaron las palabras «Ya lo eres todo» y supe en ese instante, mientras meditaba, que ya no necesitaba. Yo era ya lo que necesitaba. Podía dejar de perseguir, podía dejar de luchar y saber que estaba aquí, que había llegado. Debía dar un propósito a mi vida y dejar de preocuparme por lo que no tenía. Me entregué, ahí mismo y en ese preciso instante. Sabía algo nuevo. Pasé de saber que nunca tendría lo suficiente a pensar: «Estarás atendido.No necesitas ya malgastar tu energía vital preocupándote por eso». ¡Y no lo he hecho!El resultado es que he estado atendido hasta extremos imposibles de describir. Me he convertido en una persona mucho más centrada. He dado más de lo que habría podido imaginar tener. Fue un acto de entrega que tuvo lugar en un momento de despertar. Esto es el satori.También tú puedes probablemente mirar atrás, a los cambios positivos importantes de tu vida, y darte cuentade que experimentaste un momento de despertar. Una mujer que perdió ochenta kilos en un periodo de cinco meses me dijo que podía recordar el instante en que se miró en el espejo y un pensamiento la embargó con fuerza abrumadora: «Ahora es el momento. Te ayudaré. No es preciso que sigas envenenándote comiendo en exceso».

Cierto cliente me habló de cómo había pasado de una ocupación a otra:
Después de años de saber que estaba haciendo lo que no debía y que me había desviado de mi propósito, una mañana, camino del trabajo, mi mente me dijo de repente que no podía seguir engañándome. En ese supremo instante me entregué. Sabía que iba a estar atendido. Hecho. Dejé el trabajo ese mismo día y en ningún momento miré atrás . Antes vendía seguros y me ganaba bien la vida. Ahora trabajo como asesor en campamentos para niños menesterosos. Me siento realizado y nunca me han preocupado mis ingresos. El momento de mi renuncia fue tan intenso que sólo puedo decir que por primera vez sentí total confianza en que todo me iba a ir bien y en que podía efectuar ese cambio sin ansiedad ni estrés. Supe algo dentro de mí, y a partir de ahí me entregué.


El satori está a tu alcance en cualquier momento de la vida. Pero sólo vendrá si tienes una actitud abierta en relación con él y si estás dispuesto a la entrega. Todos los maestros espirituales nos dicen que la realidad de la vida nos habla en silencio. Es posible que tu ruidosa conciencia de vigilia no te permita oír esa súplica callada.Lo que precisas para entrar en el marco mental necesario para experimentar milagros es renunciar. Sólo saber.Sólo, simplemente, confiar. Quédate en silencio y luego escucha tu pensamiento. Déjate guiar por una actitud despierta de entrega. Liberarse de una perpetua disputa interior con la vida es un agradable preliminar para el satori.
Seguro que has conocido momentos de tranquilidad y contemplación en los que has tenido una visiónintuitiva repentina y el conocimiento interior de que puedes y debes hacer algo. Puedes atraer hacia ti esos momentos a través de la práctica de la entrega. Entrégate al conocimiento de que eres poderoso y capaz de tener un propósito en la vida. El resto vendrá cuando «veas la luz» o experimentes la gloriosa sensación del satori.


Sugerencia para poner en práctica este esquema mental

Piensa en los hábitos que durante largo tiempo te han acosado. Puede tratarse de adicciones, pereza, mal carácter, fobias, fatiga, sabotaje de las relaciones o cualquier cosa que no produce los resultados que deseas. Decide atravesar la puerta y cambiar los hábitos no deseados de día en día. Convoca la sabiduría del satori. Entrégate a esta idea radical, necesaria para que despiertes a la conciencia de que todos los hábitos empiezan por el pensamiento. Entrégate a una nueva conciencia, un pensamiento que susurra: «Puedo hacer esto en este instante. Recibiré toda la ayuda que necesite siempre que siga fiel a esta intención y busque ayuda en mi interior». Anúnciate ahora a ti mismo que no eres ya, por el momento, aquella persona de siempre. El satori estu experiencia. Has despertado por un instante. Pasa ahora al siguiente momento con esa misma entrega, sinpensar en el mañana ni en nada del futuro. Debes estar simplemente en el ahora; en este instante tienes la respuesta. Así es como lograrás esos cambios aparentemente difíciles: un paso tras otro, con una gracia interior que te permita entregarte y dejar de luchar.

Dr. WAYNE W. DYER


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