Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda la paz que se puede encontrar en el silencio.
domingo, 8 de agosto de 2010
Aprende a actuar como si la vida que imaginas estuviera ya aquí.
Actúa como si aquello que percibes en tu mente estuviera ya aquí, en el mundo físico. Empieza por tratar tus pensamientos y visiones como mucho más que simples vagabundeos amorfos de tu mente.
Tú creas tus pensamientos, tus pensamientos crean tus intenciones y tus intenciones crean tu realidad. Debes, en consecuencia, poner manos a la obra e iniciar la práctica de no hacer caso de tus dudas acerca de la importancia de tu mundo interior e iniciar también la práctica de actuar como si las imágenes de tu deseo fueran ya tu realidad. Esto puede parecer un autoengaño, pero es el único modo que conozco para superar las limitaciones que crees tener.
Si deseas ser enérgico y te comportas con cansancio estás saboteando tu propia visión. Aun cuando te miresen el espejo y veas arrugas u otras pruebas de tu cansancio, debes ponerte a actuar como Si tu visión de una persona enérgica se hubiera materializado ya. No permitas, en ninguna circunstancia, que una persona cansada penetre en tu cuerpo. Afirma la persona enérgica que deseas ser, la visión que tienes en tu mente, está ya aquí, y ponla en práctica realizando alguna actividad elegida por ti. No se trata ya de un deseo, ese otro«tú» ha llegado.
Tal vez el inicio sea un autoengaño, pero con sólo un instante en que te comportes como si tumilagro estuviera hecho, lo habrás hecho realidad en tu vida. Aunque creas que es una tontería actuar como si nadaras en la abundancia cuando estás rodeado de penuria, hazlo de todos modos. Actúa como si estuvieras en posesión de todo cuanto necesitas sólo por un momento y luego el momento siguiente, porque más que esto en realidad no tenemos.
Este mismo principio es válido para el modo de tratar a los demás y ayudarlos a entrar en el reino de larealidad mágica. Trátalos como si los vieras siendo todo lo que pueden ser o en posesión de todo cuanto pueden tener. Un niño que oye cómo le dices: «Tú ya eres brillante y dotado; ya sabes hacerlo, y yo sé lo grande que eres; digas lo que digas, yo sé en lo más profundo de mi ser que eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas», tiene ya mucho de ganado en el juego.
Cuando mis hijos expresan dudas acerca de sí mismos, yo atiendo a sus sentimientos, pero actúo siempre hacia ellos como si fueran capaces de cualquier cosa que se propongan. «Ya sé que tú todavía dudas, pero yo no opino lo mismo. Para mí, tú estás ya preparado y capacitado pero has decidido disimularlo y dudar de ti mismo. Quizás engañes a otros, y a lo mejor incluso consigas engañarte a ti mismo durante un tiempo, pero a mí no me engañas. Yo sé lo que hay.»Cuando le coges el tranquillo empiezas a tratar a todo el mundo como si estuvieran ya experimentando sus propios milagros.
Ves a tus padres ancianos, cuando se quejan, capaces de superar las limitaciones que ellos mismos se imponen. Los tratas como a personas capacitadas. Tratas a la persona enferma como si gozara deun buen estado de salud; te niegas a actuar como si su estado fuera a empeorar.
«Estás demasiado fuerte y sana como para pensar siquiera en la enfermedad, te estás curando ya.» Y lo mismo haces con respecto a tu propia salud, tratándote a ti mismo como si estuvieras bien y no permitiendo que tu mente le haga sabotaje al cuerpo con la expectativa de la enfermedad y de la incapacitación.
Aunque una pierna rota es una pierna rot a, sólo es un impedimento en tu vida si decides verlo así. Si decides que no vas a quedarte inmovilizado por la fractura, que no vas a dedicarte a pensar en lo desgraciado que eres y que vas a hacer todo lo que podrías hacer si no hubieras sufrido este accidente, ésta será tu realidad.
Yo he visto cómo mi esposa, Marcie, en sus numerosos embarazos, se comportaba día tras día como si nohubiera el menor impedimento para hacer lo que hace, esté o no embarazada. Se ve a sí misma activa, sana, llena de vida y asombrada ante la vida humana que crece dentro de su cuerpo.
Experimenta entonces esta realidad, y ha dado a luz siete bebés siempre con la misma actitud hacia el milagro de cuya creación ella es responsable. He visto también a muchas de nuestras amigas pasar por el embarazo con quejas constantes y predicciones acerca de lo desastroso que iba a ser todo, y también ellas crean su propia realidad.
Aprender a actuar como si el milagro que deseas mentalmente estuviera ya aquí te da una gran ventaja en el inicio en este mundo fenomenológico de la realidad mágica.
En 1965 daba yo clases en un instituto público de Detrolt, Michigan, y asistía a la escuela para graduados por la noche. Un día, después de que acabaran las clases, estaba de pie en la oficina de la escuela y oí cómo el director preguntaba a una secretaria si sabía de algún miembro del personal que estuviera al corriente de la concesión de fondos federales. Estaba buscando a alguien para dirigir un programa especial que requeriría financiación federal, pero no conocía a nadie con las cualificaciones necesarias para una empresa de tanta envergadura.
En esa época yo no ganaba mucho, y la idea de tener unos ingresos extra y, además, encabezar un programa especial de tutoría para alumnos sin medios me parecía estupenda. Le dije inmediatamente al director que era un experto en programas de financiación federal y que podía redactar una propuesta y conseguir los fondos. Me costaba trabajo creer en mis palabras. Anunciaba mi pericia en algo con lo que sólo estaba ligeramente familiarizado.
El director me dio permiso para seguir adelante y aquella misma tarde pasé seis horas en la biblioteca universitaria enterándome de los pormenores de la financiación federal de programas de tutoría para alumnos de baja condición social. Al día siguiente redacté la propuesta guiándome por las pautas que había descubierto en la biblioteca. Me nombré a mí mismo director del programa, detallé la financiación necesaria, incluido mi sueldo, y, utilizando un modelo que figuraba en una publicación federal, envié la propuesta a Washington.
Al cabo de tres semanas teníamos una subvención federal y yo era el experto residente sobre financiación federal para proyectos especiales. Otras dos es cuelas solicitaron mis servicios como consultor y ofrecieron pagarme por dirigir talleres sobre financiación federal entre su personal. Yo tenía ahora un segundo trabajo bien pagado, ayudaba a jóvenes rezagados y el director agradecía su buena estrella por haber podido contar con un «experto» residente entre su personal cuando lo necesitaba.
Cuando tienes una visión y actúas como si esta visión estuviese ya materializada, no sólo creas las capacidades necesarias sino que, literalmente, te conviertes en tu propio hacedor de milagros. Si crees que nunca vas a ser capaz de dirigir una empresa de este tipo porque «no tienes la preparación, los títulos o la experiencia necesarios» o por cualquier otra causa, actuarás en consecuencia con ello. Empieza a actuar comosi fueras ese experto, aun cuando de entrada necesites engañarte a ti mismo. Si tienes la suficiente fe en timismo y estás dispuesto, el maestro aparecerá y tú te lanzarás y crearás las cualificaciones necesarias para llevar a cabo el trabajo.Este proceso comienza en tu mente. Te permite ver más allá de la prueba palpable y pasar a otra dimensión, una dimensión en la que todo es posible y todo aprendizaje está a tu alcance.
Cuando anuncié al director mi pericia, no lo estaba engañando a él ni me estaba engañando a mí mismo, yo veía más allá de lo físico y había pasado a esa región invisible donde sé que puedo hacer cualquier cosa que decida hacer. En mi mente yo eraun experto, y lo único que tenía que hacer era traspasar mi pericia desde el terreno del pensamiento al mundo material. Resultó al final, como suele ocurrir casi siempre, que un experto es alguien que cree en su propia pericia y no teme actuar de acuerdo con esta creencia. Si bien yo no era capaz de prac ticar una operación de cirugía cerebral, estoy seguro de que, si me hubiera visto a mí mismo como cirujano, habría conseguido la preparación necesaria. Evidentemente, para esto haría falta mucho más que unas horas en la biblioteca.
La pericia que necesitas para la mayoría de las cosas que quieres lograr puedes conseguirla con granfacilidad, pero debes empezar por creer en ello y luego actuar como si eso en lo que crees o que imaginas fuera ya tu realidad. Nunca me he visto a mí mismo como cirujano del cerebro, pero sí puedo imaginarme con capacidad para realizar muchos y distintos trabajos. De hecho, hay muy pocos trabajos para los que me considere incapacitado, incluidas las áreas política, administrativa y de gestión e incluso técnica, con sólo un mínimo de preparación física real.
El hecho es que, en mi caso, sé que si creo en ello con la bastante fuerza y tengo la suficiente confianza en mí mismo como para aprender lo que necesito serán muy pocas las cosas queno pueda lograr en un periodo de tiempo bastante breve. Una vez sabes que puedes hacerlo y actúas enconsecuencia, los medios no faltan. Actuar como si fueras lo que quieres ser y sabes que puedes llegar a ser constituye el modo de superar las dudas sobre uno mismo y entrar en el reino de la realidad mágica.
Sugerencia para poner en práctica este esquema mental
Si quieres lograr algo que siempre se te ha mostrado evasivo, actúa por un día como si lo hubieras conseguido ya. Por ejemplo, si siempre has deseado estar en una excelente forma física pero nunca lo has logrado, actúa como si hoy tuvieras una forma fí sica perfecta.
Pregúntate: «¿Qué haría yo si gozara de una forma física perfecta?». Sé entonces esa persona por un día. Ve a la tienda andando en lugar de conducir. Nada cincuenta brazadas. Come adecuadamente. Haz ejercicio. Lee un libro sobre dietética. Dicho de otro modo, vive en el mundo físico como si aquello que deseas en tu mente se hubiera ya materializado. Éste es el camino que conduce a la realización de milagros. Si deseas tener confianza en ti mismo pero te comportas normalmente como una persona insegura, hoy, por una vez, actúa en el mundo físico como crees que se comportaría una persona segura de sí misma.
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