sábado, 27 de noviembre de 2010

Encrucijada, co-creación y unión

Por Alicia Contursi



Sin duda estamos en tiempos difíciles. Momentos duros.
El mundo vive el resultado de la co-creación inconsciente de la gran masa humana, enceguecida, dormida, cargando con las negatividades que afloran del pasado. Sólo es necesario mirar en torno para ver esto, y no servirá de nada la actitud del avetruz que esconde la cabeza.
En medio de esta situación que tiene alcances mundiales sociales, políticos, económicos y que también tiene su correlato en las fuerzas telúricas, los trabajadores de la Luz intentamos llegar a la masa crítica de pensamiento positivo y co-creación amorosa que nos permita acceder a la Nueva Conciencia y a un Mundo Pleno de Paz y Amor.
Pero hay varios puntos que dificultan nuestra tarea.
Primero: no lo lograremos, entiendo, encerrándonos en una burbuja de escapismo y falta de encarnación, creyendo que sólo es suficiente "permanecer en alta vibración", para lograr el Propósito. Esa vibración es, en el común de los casos, una ingenua posición que cae ante los mínimos embates negativos y no está sostenida en la auténtica superación del ego y apertura al amor trascendente, contacto con el Sí Mismo y conciencia trascendente. A veces basta el encuentro con una persona que no es del agrado para que la "alta vibración" se convierta en violencia, separatismo o discriminación.
Segundo: debemos tomar conciencia de que estamos en el Armagedón en la Tierra. Lo que sucede en planos sutiles y dimensionalmente más altos para muchos -la gran mayoría-. es desconocido. Si se está librando la Gran Batalla bajo las Huestes de Miguel, es materia de fe y credibilidad.
Pero si somos coherentes con el "Como es arriba es abajo" de Hermes Trimegisto, en este espejo terrestre podremos ver lo que sucede en los Cielos.
Ocupémonos de lo que nos toca, lo que estamos viviendo sobre la faz de la Tierra, como conciencia de Gaia. La batalla está aquí y la estamos librando todos.
Tercero: No caigamos en infantiles escapismos de que vendrán a buscarnos "a los buenos" para sacarnos del problema. Esta solución de novela de ciencia ficción lo único que hace es inclinarmos a no asumir las enormes responsabilidades que tenemos por haber elegido encarnar en este tiempo maravilloso de encrucijada y definición. Además conlleva una increíble soberbia encubierta que nos llena de falsa seguridad por creernos los elegidos. "Los buenos" debemos enfrentar nuestra propia sombra e integrarla. No hay malos ni buenos, seres de la Luz o seres de la oscuridad. Hay que trasmutar y todos estamos llamados a la Luz, somos seres de Luz. Los que llamamos oscuros no se han encontrado con su Ser Lumínico.
Cuarto: Si bien "hay que dejar fluir" porque el proceso supera en mucho la direccionalidad que le podemos dar a nuestras vidas, no hay que caer en la inercia. Hace falta acción guiada por el Propósito. Fluir es dejar actuar al Sí Mismo, que nuestro Yo gravite en torno a él, como magistralmente dice Jung.
Quinto: Debemos responder, como seres humanos, realizando. "Realizar" viene de hacer real, es decir, actuar, concretar. También de realeza. Rey es quien impera desde el propio poder personal. Debemos responder a nuestra condición de seres encarnados con todas nuestras potencialidades activas para realizar la tarea. Cada cual en lo que le toque. Lo haremos entre todos: hay que sanear las instituciones, salir del imperio despiadado del dinero, sanear la política, buscar formas armónicas de utilización de los recursos naturales, encontrar relaciones sociales más justas, encontrar vínculos de paraja más auténticos, encarar la salud y la educación desde otros parámetros, etc.
Sexto: La Batalla es mortal. Por eso a muchos de nosotros se nos ha manifestado y hemos tenido que enfrentar la concreta posibilidad de la muerte física. Es una elección que requiere de una respuesta individual. Cada uno sabrá lo que elige si siente que ya no le toca seguir luchando. Pero el Proceso de Ascensión no es la muerte física Si alguno decide aceptar la muerte física, deja de participar en el proceso de Ascensión.
Otros muchos experimentamos una suerte de depresión anímica. Quizás nunca sentida antes, donde todo ha dejado de tener sentido, nada vale la pena y una sensación de sumirnos en el fracaso, el abandono, la dejadez o la inercia nos invaden.
Otros hemos sentido verdaderos embates de fuerzas negativas que nos han hecho trastabillar. Otros debemos enfrentar complicciones inusitadas en la vida diaria, en nuestras relaciones interpersonales y nuestros planes cotidianos se ven trastocados, postergados.
También podemos haber sentido que hemos perdido la conexión con nuestro Ser Superior, Si mismo. Chispa Divina o como queramos llamarle. Otros que hemos perdido la alegría. Todo es parte de la batalla.
Séptimo: Debemos seguir adelante, sobreponernos, reencontrar la conexión, la fé, la fuerza, la alegría si las hemos perdido y seguir co-creando, seguros de que con nuestro pensar y sentir creamos la realidad. Que no hay ningún futuro determinado, sólo posibilidades y que está en nosotros determinar cuál posibilidad se tornará en realidad.
Octavo: Hay algo que me preocupa sobremanera: quizás por todo lo anterior, veo que nos estamos separando. Desde hace muchos años no tengo grupo propio y me toca estar en contacto con muchos, interactuando con ellos de variadas formas. Puedo ver que la Unión amorosa entre los integrantes de un mismo grupo o entre los líderes de distintos, se pierde detrás de una crítica desamorada, de una competencia sin sentido, de un querer lograr protagonismo. Que caemos en la postura egoica e infantil de querer tener la razón o somos esclavos de nuestra importancia personal. Que no se trabaja sobre "las trampas del ego" y en muy pocos casos se sigue el camino de contacto con el Sí Mismo o Ser Superior. Todos caemos de una u otra forma en la crítica al hermano, sin darnos cuenta que es ceder en la batalla. Es dar lugar a la oscuridad. La Unión en la Diversidad está muy lejos todavía. No sabemos respetar las ideas, posturas o interpretaciones diferentes del otro, aunque decimos que todos somos hermanos en la Luz. No sabemos cooperar. Unidos en el respeto mutuo, sin susceptibilidades, sin ofensas, sin inflaciones de ego, somos imbatibles. Cuando despreciamos, hablamos mal, disputamos lugar o desmerecemos, abrimos una gran brecha que deja entrar la oscuridad y no estamos trabajando para la Luz. Recordemos que "la Unión hace la fuerza". No temamos recurrir al hermano si necesitamos ayuda. Solos no podemos.
Noveno: Que estos problemas del ego se manifiesten entre nosotros de manera tan abierta, es un índice de que estamos en el tramo final. La última tentación de Cristo fue el ego.
Resumiendo; si no cambiamos nosotros mismos, si no aprendemos, si no nos superamos, no cambiaremos el mundo.La Batalla está aquí y ahora. No es una guerra con espadas o armas de fuego. Es el enfrentameinto de dos formas de co-crear el mundo: la vieja, doliente y caduca y la nueva: unión en la diversidad, cooperación, paz, amor y justicia en la Tierra. La encrucijada está entre partir o lograr la Ascensión de Gaia.

Gracias

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